29/10/09

Serie imágenes / entrega_1


Selección de 7 imágenes / Presentación entrega_1.

La primera (Miguel Angel Alonso Tour, "Dibujo en movimiento", 1793), habla de como el trazo deja los espacios al blanco para armar el dibujo en una forma sutil, con límites difusos y poco justos al momento de hablar de la forma, pero muy precisos en la gestualidad.

Esa precisión se determina más en la segunda imagen (Charles Camoin, "Standing Nude", 1904), donde con muy pocos trazos se realiza un gesto muy explícito del cuerpo, una expresión controlada, medida, de síntesis y presición, y donde nuevamente la relación construído/vacío es determinante en la postura del cuerpo como gestualidad.


Luego Henry Matisse, ("Standing Nude, Arms covering her face", 1901-03), nos habla del trazo que se hace cargo del dibujo ya que es la forma, es el fondo, es la e x p r e s i ó n. Ya no hay tanta justeza, pero se abren otros campos; el hacer aparecer. Para que aparezca la figura, que es el blanco, pongo el negro en tal dinamismo y acción, que aparece la forma por contraposición (concepto arquitectónico fenomenológico), y entra en juego la relación forma y fondo: el objeto es lo que el vacío le permite ser.

La espacialidad se integra ahora en la cuarta imágen (Miguel Angel Alonso Tour, "Barcas en el varadero", 1981), donde ya no es solo el objeto, sino que toma distancia y aparece un mundo de acontecimientos y momentos previos a la imágen reconocible, los barcos.

La espacialidad como un tiempo, un elemento presente, pero inmedible, intangible, solo gestual, que aparece a su vez en la quinta imágen (Georges Seurat, "Le carriolé et le chien", 1882-84), pero esta vez con una atmósfera. No es solo el dibujo como una serie de trazos que se muestran tal y como son, aca Seurat crea una espacialidad ambientada, llena de misterio, de sutileza, ese vacío dialoga con la forma haciéndola aparecer, pero a la vez llenándolo todo; no se retrae ni se cubre, se muestra.

Las últimas dos imágenes (Robert Delaunay, "Torre Eiffel con árboles" y "Torre Eiffel", 1910 y 1911) reunen en gran parte los aspectos vistos con el resto de las obras, pero integran una nueva variante; el color. La obra se rehúsa a ver un objeto con presición, medida y sobriedad, se rebalsa de expresividad y aparece trazo, figura, fondo, color, movimiento. Lo interesante es que no pierde de vista la gestualidad de lo que pudieran haber sido los primeros bocetos, se cubre con trabajo, pero sigue teniendo libertad a la hora de mostrarse. Por otro lado el esta mostrando la Torre Eiffel (paradigma de la memoria colectiva del mundo actual) pero bajo su propia mirada, como el la intuye, la ve y la expresa. La hace suya en estos cuadros, ya no nos pertenece a todos, sino que la integra a su propia capacidad expresiva.



Master de Arquigrafía_ La Comunicación Plástica_ S. Martínez / M. López

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